Los mexicanos estamos muy orgullosos de nuestra cocina y se nota, pues además de ser patrimonio de la humanidad, la comida mexicana también es sabiduría en cada bocado. Nos fascina tanto la historia de la gastronomía mexicana que hoy te contamos sobre los
tamales colimotes. ¿Los has probado?Colima no solo tienes paisajes impresionantes, sino que también guarda en sus cocinas una herencia gastronómica que se transmite de generación en generación. Entre sus tesoros culinarios destacan los tamales tradicionales, cada uno con técnicas y sabores únicos que reflejan la conexión del pueblo colimense con su tierra, su historia y sus ingredientes endémicos.Uno de los más representativos de esta cocina regional es el tamal de chigüilín adobado, una preparación que ahora es escasa debido a la disminución de esta especie de pescado en los ríos de la región. Sin embargo, en el municipio de Coquimatlán, aún se prepara esta receta que se prepara con un adobo de chile guajillo, comino, pimienta, orégano, ajo y vinagre. El chigüilín se dora y desmenuza, se guisa en manteca de cerdo y luego se envuelve con masa en hoja de maíz. El tamal colado es una gran opción para los amantes de lo dulce. Su nombre proviene del proceso de colado del elote molido, que debe quedar muy fino. Este tamal no se cocina al vapor: algunas cocineras lo cuajan a fuego directo o incluso a temperatura ambiente. Se sirve frío, como postre y generalmente se acompaña con un vaso de leche.El mezcaltamal es el resultado de una fusión entre la herencia del campo y el ingenio culinario. La masa se hace con pinole, miel de piloncillo, canela y clavo. Después se rellena con frijoles martajados con piloncillo, creando un contraste dulce-salado. Lo distintivo de estos tamales es su cocción: se cubren con hojas de un maguey endémico de la zona, añadiendo una nota ahumada y herbal que los vuelve exquisitos.Finalmente, otra joya de las montañas de Ixtlahuacán es el tamal de ceniza rojo, elaborado en comunidades como Las Conchas, donde abunda el palo Brasil. Esta madera se usa para preparar una ceniza especial que se mezcla con agua hasta obtener una especie de atole, la cual se añade al nixtamal para teñir la masa. Al cocer los tamales, se agregan trozos del tronco hembra del palo Brasil en la olla, liberando un tinte rojo que le da su color característico. Rellenos de frijoles martajados y envueltos en hoja de milpa con manteca, estos tamales representan lo mejor de la gastronomía colimota.Ya lo sabes, si quieres descubrir la riqueza de la
cocina tradicional mexicana, entonces tienes que probar los tamales que Colima no ofrece. Pues además de ser deliciosos, son el legado de nuestros antepasados y un recordatorio de que la tierra nos da los mejores ingredientes.